Israel Rojas critica a los artistas que no se pronuncian contra algo que debería ser “común”. Lo dice él, que continuamente elude meterse donde debería.

Israel Rojas, voz líder del grupo Buena Fe, y en buena medida cerebro pensante y lengua hablante de la agrupación, salió en defensa del dizque humorista cubano Juan Karlos el Gordo de una manera un tanto singular.

Consciente de que las redes sociales le van a ir encima, de nuevo, a él, por su defensa de Juan Karlos, Rojas ha dejado a un lado el hecho de que Juan Karlos, el mismo día que se revelara que era él, su voz, la que supuestamente personifica a la triste marioneta del Guerrero Cubano -porque hay que estar claro que este Alex “El Guerrero Cubano” no es un cuentapropista de las redes, sino el aparato de la Seguridad del Estado cubano dirigiendo a “alguien” para enfrentar en las redes a sus críticos- fue llamado por el presentador Carlucho y dijo QUE NO, que él no era “El Guerrero Cubano”; sin embargo, y según su más reciente video -subido a Facebook este domingo- dice que él no sabe quién es “El Guerrero Cubano”. Si no lo conociera, le hubiese respondido a Carlucho: “¿De quién tú me estás hablando?” ¿O no?

En fin, de vuelta a Israel…

Primero debo decir que lo de “dizque humorista” de Juan Karlos el Gordo, no lo digo yo; lo dicen TODOS. Incluso, humoristas de verdad y otros que no lo son tanto.

La valoración pasa por un argumento sólido. Cuando Juan Karlos comenzó a hacer humor y a hacer espectáculos nocturnos, basaba sus “sketchs” en meterse con la gente del público, lo cual no es humor. Es bullying.

Aseguran, esto no lo vi yo nunca, que en repetidas ocasiones al meterse con la gente y a hablar, denostar y burlarse de orientales, pinareños, homosexuales y negros -porque sí, ESO SI LO VI YO, muchos de sus chistes eran sobre estos “temas”-, varias personas del público se pararon de sus asientos y le fueron encima a golpearle. Carlucho, incluso, dijo que a Juan Karlos, “cariñosamente”, entre ellos, los humoristas, le llamaban “El Punching Bag del humor cubano”.

Pues a este “humorista”, que constantemente se burla de orientales, pinareños, homosexuales y negros; que hace repetidos “chistes” sobre “hombres tarrúos” -también lo he escuchado yo- contribuyendo así con la misoginia y el descrédito hacia la mujer, es a quien se le ha puesto el mundo patas arribas y a quien Israel, el de Buena Fe, con muy buena fe ha salido a defender.

Yo no voy a negar su derecho a hacerlo; pero si Israel Rojas no sabe que Juan Karlos es un humorista que en sus shows se burla de los orientales como él -Israel Rojas es guantanamero- y de las mujeres, y de los negros, y los pinareños y los homosexuales, es su problema. Si le quiere dar consejos de cómo lidiar con las redes sociales, está en su derecho también.

https://www.facebook.com/irfasa.irf/posts/1669587879846614

Lo que sí me pareció muy interesante en su defensa, es que Israel hace un llamado “crítico” a los artistas cubanos que piensan “eso no es problema mío”, “conmigo no se han metido” y doblan la esquina ante el problema “que ahora es con Juan Karlos el Gordo”, pero que antes fue con él, y dice él que con Haila María Mompié y Laritza Bacallao, entre otros.

Curiosamente pensaba así mismo Israel Rojas hace un tiempo atrás de las Damas de Blanco; de la mujer afrocubana Berta Soler, negra y mujer violentada repetidas veces y a las que llamó puñeteras.

No me consta que Israel Rojas haya saltado a defender a Yoani Sánchez. Ni a Luis Manuel Otero Alcántara. Ni a Camila Acosta. Ni a Anamely Ramos González.

Tampoco lo he visto en las últimas horas salir a criticar las feroces, terribles y extremistas palabras compartidas en su muro de Facebook por Danay Suárez.

Es más, yo no he visto a Israel Rojas batallar como debería, siendo el “influencer” que es, por el matrimonio humanitario. No lo vi protestar contra Zoonosis; ni siquiera lo he visto cargar un perro ni un gato. Los animalistas cubanos andan buscando apoyo de los “influencers” para su campaña, y al único que han podido reclutar es a Yomil. Ni siquiera han podido captar a Alain Pérez, y eso que este recuperó su perro -o perra perdida- gracias a la labor de los animalistas.

Tampoco he visto a Israel Rojas protestar contra los casos de racismo en Cuba, recientes, documentados; el de la chica que llamaron “negra mona” en una guagua; y a la que en un almendrón también le dijeron algo parecido; ni contra la joven cubana, músico como él, que por ser negra no la dejaron entrar al Hotel Parque Central. Israel puede hablar del racismo en la sociedad norteamericana, pero no habla del racismo en la sociedad cubana. De la violencia policial en EE.UU., pero… tampoco ha salido a protestar contra los precios injustos de ETECSA.

¿Acaso salió Rojas a defender a Haydée Milanés? ¿Mónica Baró?, dos mujeres cubanas, valientes, muy visibles en las redes y que han sido víctimas de bullying y acoso. ¿No, verdad?

Resumiendo: Israel Rojas no ha defendido nada últimamente que valga la pena; nada del debate nacional que importa, sobre el matrimonio igualitario -y el fundamentalismo religioso que se le enfrenta-, el racismo, el maltrato animal, ETECSA… de eso Israel Rojas no ha dicho una palabra, ni ha actuado en las redes como debería.

¿Y pide a los demás artistas que no digan “eso no es problema mío” o “conmigo no se han metido”? ¿El mismo Israel que al hablar del tema de las Damas de Blanco dijo -minuto 2:19- “yo no me meto en nada de eso”?

Se cosecha lo que se siembra, Israel. Averigua quien plantó la semilla.

por Roberto A.

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