Para Abigail Disney la fortuna que ha heredado no es la felicidad. Prefiere dedicar su riqueza a intentar cambiar y mejorar el mundo.

Algunos pudieran pensar en el famoso dicho “Dios le da barba a quien no tiene quijada” si conocen la historia de Abigail Disney, la sobrina nieta de Walt Disney que ha heredado toda la fortuna del multifacético empresario.

La pacifista y filántropa ha manifestado en diversas ocasiones que nunca se ha sentido cómoda con la riqueza de la que ahora dispone por legado. De pequeña, se “avergonzaba” del dinero de su familia, lo cual le ha impulsado a donar unos 70 millones de dólares a lo largo de su vida, así como a estudiar en las más prestigiosas universidades de EEUU.

Y la superación precisamente ha sido una salida de escape para Abigail, quien se graduó en la Universidad de Yale, se sacó un máster en la de Stanford y el doctorado en la de Columbia.

“He pasado mucho tiempo esforzándome por conseguir títulos de posgrado que me hagan sentir que soy válida”, explicó durante una entrevista para la revista The Cut.

La sobrina del magnate dijo que mediante el estudio pudo lidiar con el “complejo de inferioridad en torno a las personas” que han ganado su dinero por sí mismas.

Abigail se ha erigido como una gran defensora de los derechos humanos y de la paz; de hecho, gran parte del dinero que ha donado en los últimos años lo ha destinado a movimientos pacifistas.

Precisamente ese ánimo por aportar cosas buenas al mundo le ha permitido, además, fundar su propia productora de documentales-denuncia con los que ha obtenido grandes reconocimientos. Alguno de sus trabajos le hicieron merecedora de un Emmy, con The Armour of Light, y fue nominada a un Oscar por otro, Hell and Back again.

Recientemente, Abigail se ha mostrado contraria públicamente a decisiones empresariales de la compañía que fundó su tío (a la que ella no pertenece). La empresa Disney se ha visto obligada a cerrar sus parques temáticos y hoteles de todo el mundo a causa del Covid 19, teniendo que suspender temporalmente el empleo de unos 100.000 trabajadores, al tiempo que el director ejecutivo, Bob Chapek, renunciaba a su salario de 3 millones de dólares para lo que quedaba de año.

“Solo soy una ciudadana que se preocupa y creo que eso me da libertad para decir lo que creo”, dijo Abigail Disney. También “soy descendiente de Walt Disney y llevo este nombre conmigo a todas partes”.

Published by Roberto A.

Roberto A. Periodista por decisión propia. Interesado en cualquier tema que me apasione y cada vez más comprometido con la verdad y la objetividad periodística. Graduado en La Habana hace ya muchos años, luego de una accidentada y polvorienta búsqueda de información sobre un tema inédito. La Tesis, por cierto, desapareció de la biblioteca y no se conservan copias de la misma.

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