“Vinimos a salvarnos todos o a morir junto a ustedes”. Así tituló hace 48 horas el diario oficialista agramontino Adelante, una nota periodística que recoge el testimonio del  Dr. Pedro Julio García Álvarez, médico cubano de 36 años de edad, quien integra la Brigada Henry Reeve que se encuentra en la unidad de cuidados críticos y reanimación del hospital mayor de Crema, provincia Cremona, región italiana de Lombardía.

Pedro Julio, quien trabaja en la unidad de cuidados intensivos y emergencia del hospital Carlos J. Finlay, de La Habana, es especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencia, y en Anestesiología y Reanimación, además en Medicina General Integral (MGI), ostenta la categoría de Profesor Instructor e Investigador Auxiliar, y aspira a Doctor en Ciencias, pero esta no es la noticia, se encuentra “de frente a los enfermos de la COVID-19 de ese país.”

Entre los testimonios que este médico cubano brindó al medio oficialista, resalta el que le da título a la nota.

La periodista le preguntó si estaba al tanto de las muchas cosas que se dicen sobre la labor de ellos en Italia, y Pedro Julio, no sin antes expresar que la medicina cubana ” está a la par de la del primer mundo”, pidió que los dejaran tranquilos.

Como quien se encuentra resignado a ir al extranjero para adquirir objetos que le son casi imprescindibles para la estabilidad en su propia tierra, y consciente que nunca el estado cubano le pagará por la labor que él realiza, el médico cubano se desmarca de esa “categoría” y dijo que ellos solo quieren “echar pa’lante por nuestra familia, nuestro país y nuestra Revolución.”

“No nos entienden, fíjese en esto, un paciente me preguntó que por qué yo estaba aquí y desde mi más profundo sentir le dije: vinimos a salvarnos todos o a morir junto a ustedes.”

“Esos principios a veces no son fáciles de comprender por quienes piensan de otra manera,” explicó el médico.

 

Antes dijo que había marchado “hacia ese sitio tan lejano y desconocido, por una respuesta humanitaria” a la necesidad del pueblo de Crema, “de recibir ayuda para enfrentar la enfermedad, y por ese principio de solidaridad que llevamos dentro los cubanos.”

“Esta es mi primera misión internacionalista,” precisó.

Luego dijo que sus pacientes están muy agradecidos por lo que hace.

“Me demuestran un agradecimiento enorme. A mis manos llegan muy mal, todos con respiración artificial, y eso de reanimarlos y devolverlos a sus familias es insuperable. Nos ofrecen muestras de gratitud inmensas por regresar a la vida y por el amor que reciben durante la prolongada estadía en la sala.”

Ya al final de la entrevista dijo que él, no es un héroe.

“Tan solo soy el padre de Pedrito y María Carla”, dijo con la mayor humildad de este planeta.

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