La comparación de hoy va de jardineros izquierdos en la pelota cubana: ¿Lourdes Gurriel o Frederich Cepeda?
La comparación beisbolera de hoy pone en la palestra a dos de los mejores jardineros izquierdos que han pasado por los campeonatos cubanos. Espirituanos de nacimiento, ambos fueron puntales ofensivos dentro de sus equipos provinciales y en las selecciones nacionales durante varios años. ¿Lourdes Gurriel o Frederich Cepeda?
Con dos historias tramadas en épocas diferentes, llenas de protagonismos y de momentos gloriosos, estos dos peloteros cubanos marcaron hitos en los terrenos de juego y no podrán ser olvidados jamás por los aficionados a este deporte.
“El Cacique”, Lourdes Gurriel
Famoso por su “sangre fría” en el cajón de bateo, se ganó el apelativo del “hombre de los grandes momentos” por sus oportunas conexiones en momentos claves del partido.
Célebres fueron, entre otros, aquellos dos bambinazos contra el fuerte equipo de Estados Unidos que sirvieron para igualar las acciones en la novena entrada en la fase clasificatoria y final del Campeonato Mundial de Parma (1988), catalogados ambos como unas de las acciones más importantes de la historia del béisbol en la isla.
Durante veinte temporadas en los torneos del patio, dejó una línea ofensiva de 323/414/506 con 612 extrabases, incluidos 247 jonrones, y remolcó 1077 carreras. En el momento de su retiro estaba entre los 10 primeros en casi todos los departamentos ofensivos históricos.
Más de quince años se mantuvo vistiendo los colores del equipo Cuba donde logró la medalla de oro en múltiples eventos centroamericanos y panamericanos, así como en copas mundiales e intercontinentales y unos Juegos Olímpicos (Barcelona 1992).
Combinó su inteligencia y pericia a la hora de interpretar a los lanzadores contrarios con una excelente y depurada mecánica de bateo.
Su despedida con la selección nacional fue por todo lo alto, cuando a la edad de 38 años se llevó el liderato de bateo en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995, con 464 de average.
“El Gallo mayor”, Frederich Cepeda
Aún activo, este fenomenal bateador ambidextro ya acumula 22 campañas nacionales sin la sombra de agotamiento físico ni mental. Famoso desde sus comienzos por una envidiable vista y disciplina en el rectángulo de bateo ha logrado recibir 1733 bases por bolas durante toda su carrera, lo cual lo coloca en la cima del top histórico en este acápite.
Conjugando tacto y fuerza, ha conectado un indiscutible cada tres veces al bate durante toda su carrera (333 average). Supera la marca de 2 mil hits (2056) y los 300 cuadrangulares (317), para colocarse entre los seis mayores jonroneros que se han desempeñado en Series Nacionales y entre los diez que más bases han recorrido.
Elegido prácticamente desde sus comienzos para integrar las filas del equipo nacional, cosecha en sus vitrinas varias distinciones y medallas, entre las que destacan la dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la plateada lograda en el primer Clásico Mundial de Béisbol.
Precisamente su soberbio rendimiento le permitió ser seleccionado en el Todos Estrellas de estos eventos, al ser el máximo bateador y comandar los jonrones, las empujadas, las anotadas, los imparables y los dobles.
Además de aquel batazo de vuelta completa en la final del primer Clásico Mundial (2006) contra los japoneses, que avivó las esperanzas cubanas, tiene garantizado un lugar en la memoria de los aficionados desde que se convirtió en héroe ofensivo en el juego final de la Serie del Caribe (2015), donde Cuba reaparecía después de 50 años de ausencia.
Roque Díaz
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