Si les comparamos como directores de equipos de pelota, ¿con quién te quedas, Urquiola o Anglada?
En esta era de confinamiento obligatorio, cuando la gran mayoría de los eventos deportivos en el mundo se han suspendido indefinidamente, se han destapado en los aficionados sentimientos de añoranza por los que un día fueron sus pasatiempos favoritos. Vamos entonces a entretenernos un poco y a jugar con los fanáticos cubanos de la pelota: ¿Urquiola o Anglada?
Destapemos recuerdos, escarbemos en el maravilloso universo de las estadísticas y hagamos comparaciones beisboleras. Cubacomenta les trae hoy la primera de una serie de confrontaciones virtuales entre algunos de los protagonistas más mediáticos que han hecho que el béisbol fuera, es, y será, el mejor juego del mundo. Esta vez, Urquiola contra Anglada.
En la esquina verde: “El mago”
Alfonso Urquiola se ganó el prestigio como director con su toque mágico. Sin tener grandes “trabucos” bajo su mando, ha sabido exprimir al máximo a sus atletas a través del tiempo.
Este pinareño de nacimiento, sin poseer un verbo prodigioso ni una refinada cultura, ha demostrado un sexto sentido a la hora de confeccionar estrategias en un partido de béisbol y un talento natural para tomar decisiones acertadas.
Gran aglutinador, de carácter noble pero firme, llevó a sus pativerdes al título en la Serie Nacional de 1998 y tuvo el privilegio de ser el primer manager al frente de la selección nacional en enfrentar a jugadores profesionales en un torneo (Juegos Panamericanos de 1999). Logró la medalla de oro y el boleto para las olimpiadas de Sidney 2000.
Destituido sin explicaciones después de esa hazaña y luego de derrotar al equipo Cuba en un partido al mando de la selección de Panamá, regresó al cabo de diez años y con un team que ni siquiera había clasificado para los playoff, se coronó nuevamente campeón contra todos los pronósticos de los especialistas.
Siempre nadando contra la corriente, el también llamado “caballero del diamante”, volvió a tomar las riendas de la selección pinareña en 2014 y haciendo un alarde de su experiencia y olfato para la victoria, alcanzó el éxito nacional por tercera ocasión en su carrera como director.
Como si esto fuera poco, en febrero de 2015 se llevó el cetro con sus Vegueros de Pinar del Río en la edición de la Serie del Caribe, después de 55 años de ausencia en ese tipo de competencias regionales.
En la esquina azul: “El rey león”
Rey Vicente Anglada también es un ídolo para las grandes mayorías. Convertido en líder desde sus años como jugador activo, aprovechó esa capacidad para unir en un solo bando a jugadores, directivos y público en general, apoyado en su prestigio y en su accionar dentro de un terreno de pelota.
Después de ver interrumpida su carrera como jugador y ser llevado a prisión durante casi tres años por acusaciones infundadas, “El rey” regresó luego de 20 años al mando de sus queridos industriales, hecho que fue interpretado como un acto de disculpa por parte de las autoridades, aunque nunca reconocieron públicamente su tremendo error.
Energía, pasión, empuje y picardía, fueron tan solo algunas de las características personales que le imprimió al conjunto azul desde el mismo momento en que tomó las riendas. Los llevó al campeonato en las ediciones del año 2003 y 2004 y superó en ambas ocasiones al polémico Víctor Mesa y a sus azucareros de Villa Clara.
En el 2006 volvió a llevar a los Industriales a lo más alto del podio nacional para consagrarse como uno de los mejores directores de la historia, esta vez contra “la aplanadora” de Santiago de Cuba, en una de las rivalidades más fuertes jamás vistas en deporte alguno.
Después de obtener tres coronas en cuatro años se convirtió en manager del equipo Cuba y ganó la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos de Cartagena 2006, la Copa Intercontinental de Taipéi de China y los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.
Su regreso en 2018 otra vez a la dirección de los azules fue todo un acontecimiento mediático que causó furor en todo el país. A pesar de no poder lograr esta vez sus aspiraciones de campeonato y de la actuación decepcionante del equipo nacional bajo su mando en los Juegos Panamericanos de Lima, se retiró definitivamente del béisbol por voluntad propia con el aplauso y la admiración de la gran mayoría de los aficionados.
La decisión
Ambos, Urquiola y Anglada, ganaron tres coronas nacionales y cosecharon éxitos en torneos foráneos. Los dos tienen las simpatías del público a su favor por no doblegarse jamás ante las presiones de directivos ni funcionarios, y sus personalidades tienen muchos puntos en común.
Aunque para este redactor, tenemos un ganador por puntos obtenidos quizás en sus últimos movimientos sobre el terreno, solo momentos antes del retiro definitivo. En la esquina verde… Alfonso Urquiola.
Roque Díaz
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