Las largas colas frente a las funerarias de Wuhan son para algunos la mejor prueba de que China ha mentido sobre contagios y muertes por coronavirus
Desde el inicio de esta pandemia se ha especulado acerca de si los contagios hubiesen sido menos si el primer caso de coronavirus no hubiera sido en Wuhan, China.
Es harto conocido que al primer médico de la nación asiática, Li Wenliang, que alertó sobre un virus que creía que se parecía al SARS se le silenció con amenazas. Lo habitual en regímenes comunistas: apartar a quien quiere propagar verdades incómodas.
Ahora el mundo entero se pregunta si es cierto que China ha controlado el virus y hasta dónde las cifras de muertes confirmadas por las autoridades, unas 2 mil 500, son reales. En redes sociales se han propagado las larguísimas colas en las funerarias de Wuhan.
Este martes el diario español La Vanguardia hacía alusión a las informaciones de Radio Free Asia, “un medio que suele cuestionar las versiones del Gobierno chino”. De acuerdo con esta radio, en Wuhan hay siete funerarias principales: cada una aseguró a los reporteros haber entregado diariamente alrededor de 500 urnas.
Radio Free Asia ha precisado que las incineraciones comenzaron el 23 de marzo y se continuarán realizando hasta el próximo 5 de abril. Por lo cual ellos han calculado que las urnas entregadas podrían llegar a 42 mil.
Otro medio independiente en el país asiático, Caixin, ha revelado que miércoles y jueves de la semana pasada una sola funeraria de Wuhan contabilizó cada día alrededor de 2.500 urnas.
Las funerarias de la ciudad china ante llamados de medios de prensa nacionales e internacionales solicitando detalles que desmientan rumores, optan también por el silencio. Probablemente el miedo a las represalias gubernamentales los tiene paralizados.
Y entristece ver que en pleno siglo XXI, cuando los esfuerzos debían estar focalizados en compartir información que ayude en la lucha contra la pandemia, prosiga el estéril empecinamiento en maquillar cifras. Y cada mañana la realidad nos indica que aún no sabemos el final de la crisis.
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