Con “Sueños al Pairo” han vuelto a la memoria los terribles días del Mariel.
Un documental filmado hace muchos años nos trae una descarnada entrevista a una madre que se vio forzada a priorizar ser, antes que nada, “revolucionaria”, “miliciana y soldado de la Patria”.
Por estos días en que “Sueños al pairo” ha traído de vuelta a miles de cubanos el recuerdo, aún fresco en la memoria de muchos, de los terribles días del Mariel, un documental titulado “Los que se quedaron” nos trae un ejemplo, no similar, sino peor.
Se trata de un conflicto familiar. Una historia basada en hechos reales. Una mujer, identificada como Carmen Barrera Fernández, militante del Partido Comunista de Cuba “desde el 1969”, fue obligada a renegar de su hijo, de apenas 16 años de edad, quien se asiló en la Embajada del Perú.
El documental, poco conocido, fue realizado por la Escuela Internacional de Cine y TV, con guión y dirección de Benito Zambrano (Habana Blues) y recoge imágenes y frases muy dolorosas.
El documental usa imágenes de archivo divulgadas por la Televisión Cubana en el año 80´y otras de archivo, muy similares a estas que ahora le prohibieron usar a los realizadores de “Sueños al Pairo”.
Se trata casi exclusivamente de una entrevista personal a Carmen Barrera. La señora reconoce que “participó como miliciana y soldado de la Patria”.
“Consideraba que tenía que estar junto al pueblo,” expresa la mujer, ya ahora desde la distancia y el tiempo.
“Todos estaban conscientes del dolor que yo sentía, pero me admiraban por la valentía que tuve por pasar frente a la Embajada donde estaba mi hijo,” continuó diciendo.
Carmen recuerda más adelante cómo fue el momento cuando le tocó ver a su hijo. Lo hizo delante de los oficiales de la PNR e Inmigración. Su actitud “revolucionaria” asombró a todos. Su “firmeza” y “entereza” provocó el gesto de reconocimiento de aquellos oficiales que le pidieron que su hijo regresara por unos días a la casa, hasta tanto no le llegase la oportunidad de salir del país.
Para Carmen, fue difícil, rememora, tener a su hijo delante; a la hora de comer, estar juntos, y califica esos días como “terribles”, en los que recibieron “orientaciones sobre cómo debían proceder los revolucionarios”.
La mujer rememora en el video el triste momento de la despedida. Su hijo se le paró delante, le puso una mano en el hombro y le dijo: “Mami me voy”. Ella, por respuesta le dijo:
“¡Ojalá no te arrepientas!”
Madre e hijo tardaron 20 años en volver a reencontrarse, tras la salida de este por el puerto del Mariel.