En varios costados de la fachada de la iglesia más antigua del Vedado cuelgan carteles de peligro. Vecinos y transeúntes se alarman
Hace casi un mes que las paredes del templo del Sagrado Corazón de Jesús, la iglesia más antigua del Vedado, tienen algo más que el moho empecinado en atravesar su estructura. Carteles con alerta de “peligro” se han ubicado por varios costados de la edificación.
Esta iglesia, situada en la Avenida Línea, esquina a C, en la capital habanera, constituye la primera que se edificara en la barriada del Vedado y aunque para muchos siempre fue algo mustia, a juzgar por su fachada, la parroquia del Sagrado Corazón tiene en su interior una riqueza invaluable, amparada por mucha historia.
“La verdad aún estoy sorprendido de ver estas señalizaciones. No es un templo cualquiera, estamos hablando del primero en edificarse aquí, y eso tiene una connotación especial, sobre todo por el valor histórico que le atribuye”, comenta Joaquín Moreno, arquitecto retirado.
“Según los documentos de la época, la fundación de este inmueble de arquitectura neogótica corresponde al año 1892. Pese a que tiene casi intactos los vitrales y los trabajos en madera en su interior, nunca ha tenido una reparación capital. Las paredes exteriores son la muestra del abandono al que ha estado expuesta”, añadió.
Nelson Fernández, historiador, refiere que “hay quienes aseguran que fue María Teresa Bances, conocida como Teté, la esposa de José Francisco Martí Zayas Bazán, hijo de José Martí, quien realizó uno de esos vitrales, pues la pareja se dio el sí quiero en ese templo. Por eso, y por la importancia arquitectónica que posee debió haberse considerado en el plan urbanístico de la ciudad y evitar que llegara a estas condiciones”.
A través de una llamada telefónica, por cuestiones de accesibilidad a la iglesia más antigua del Vedado, la sacristana dijo a Cubacomenta que las señalizaciones solo fueron colocadas en la zona externa, porque es la única que peligra. “Los carteles está puestos porque las personas solían recostarse en las afueras y han ocurrido desprendimientos de pedazos de pared que pudieran ocasionar daños, pero dentro del templo todo está normal. Las misas continúan en su horario habitual y se está manejando el tema de una reparación estructural, pero parece que la iglesia será quien se hará cargo íntegramente del proceso”, expresó la señora.
Noraida León, quien reside en el edificio Camilo, frente a la iglesia, atestigua que tanto para ella como para el resto de los vecinos y feligreses es muy triste ver cómo han entregado ese templo a la desidia. “Parecería que en este país ni la casa de Dios se salva del deterioro”.
La misma opinión tiene Ángel Antonio Díaz, quien fuera acólito en la parroquia. “Si bien el riesgo de desplome es mayor en la fachada, toda la construcción necesita ser restaurada. En las afueras juegan niños y transitan personas que muchas veces pasan sin mirar detenidamente los carteles”.
Lara alega que desde que vio los anuncios de “peligro” en zonas exteriores de esta iglesia del Vedado, teme que su nieto asista a la catequesis. “Es que al final son niños, se recuestan a una pared, tropiezan, corren. Y me aterra solo pensar que puede caerle un trozo de concreto encima”.
Alejandro Villalonga, ingeniero civil, nos explica que seguramente es la iglesia quien tenga que solucionar el problema constructivo. “Es muy poco probable que las oficinas de vivienda o planificación física le den importancia y decidan asumir. Estoy casi seguro de que no lo harán. Si no se ocupan de casas donde las personas habitan ante amenazas de derrumbe, no creo que les preocupe demasiado el estado de una iglesia”.
Texto y fotos: Lucía Jerez
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