Unidad y amor son dos cosas que precisamos hoy todos los cubanos, pero encontrar culpables desde un solo lado de la orilla no es panacea para ninguno.

Yoel Martínez, integrante del dúo cubano Buena Fe, afirmó en una entrevista publicada en medios oficialistas cubanos por la agencia Prensa Latina que la disidencia y la derecha extranjera manipulan a los emigrantes cubanos. Martínez, el “más callado” de los dos integrantes originales del dúo, pidió además “unidad y amor” entre los cubanos.

El análisis de Yoel Martínez posee un trasfondo político y se sitúa en la vertiente de quienes -dicen- “solo ven una parte del problema”, y desde la isla. Yoel, sin embargo, reconoce el derecho a esa oposición a existir, pero considera que es manipulada.

Para Martínez la existencia de esos sectores opuestos al régimen cubano es una arista, a menudo intolerante, no propensa al diálogo, y les achacó intereses políticos. Visto así, rechazó tanta manipulación y esgrimió la tesis de que prefiere dialogar con los que saben hacerlo.

“Respeto a quienes emigraron, incluso a quienes tienen concepciones políticas diferentes, pero que saben dialogar desde sus creencias y principios, pero también exijo se respete mi decisión de vivir en Cuba”, dijo.

Buena Fe, un grupo que aboga por la unidad y amor entre cubanos
Foto: Buena Fe / Facebook Page

Las palabras de Martínez, pronunciadas en un encuentro que tuvo lugar en la embajada de Cuba en Caracas, Venezuela, recogen además el interés explícito por parte del integrante del dúo Buena Fe de que cesen, “las campañas contra el país en las redes sociales, así como los ataques a artistas, personalidades y a todos aquellos que no se plieguen a los intereses de quienes financian esa guerra mediática”, recoge la agencia Prensa Latina.

Según él hay “lazos indestructibles que unen a quienes viven dentro o fuera del país”, algo de lo que los cubanos han hecho gala siempre, aunque muchísimas veces enfrentando a oficialistas con no oficialistas, revolucionarios con contrarrevolucionarios, anexionistas contra independentistas; no solo en la época actual sino varios siglos más atrás.

Las palabras de Martínez, quien defendió la existencia de la emigración cubana como “una sola”, contrasta contra la actitud “reguladora” de las autoridades de Inmigración en el aeropuerto; o contra las palabras de no pocos embajadores a finales de enero del 2019, justo días y horas antes de recibir instrucciones desde La Habana cuando rechazaron, no pocos de ellos, la ayuda que desinteresadamente comenzó a gestarse desde el exterior por las redes sociales para ayudar a las víctimas del tornado que azotó cinco municipios de la capital.


Aunque las palabras de Yoel son válidas si se entienden como el deseo de unidad y amor entre los cubanos tan necesarias en las circunstancias actuales, encontrar culpables desde un solo lado de la orilla no es panacea que alivie al artista ni a quienes están en contra o a favor de lo que dice.

La unidad y amor debe proferirse desde el respeto en todas las instituciones estatales, y esto es algo que por ejemplo Martínez obvia cuando no habla – es tan solo un ejemplo – de las decenas de veces que a la periodista Luz Escobar le han impedido salir de su casa, con sus niñas a visitar a su abuela porque coincide con “la visita a la isla” de determinada personalidad política, o porque coincide con “determinada fecha”.

En todo caso, Martínez no es actor que desempeñe un rol activo en los miles de problemas de entendimiento entre distintas generaciones, distintos credos e ideologías.

No se trata de Yoel Martínez, de Buena Fe o de Israel Rojas, tampoco de Haila María Mompié, Gloria Stefan, Willy Chirino, Amaury Gutiérrez o Amaury Pérez; el problema de Cuba actual es muy complejo, tan complejo que palabras dichas en 30 minutos en un acto celebrado en la embajada de Cuba en Caracas no van a encontrar solución.


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