La preferencia del turismo hacia el entorno de Las Terrazas aumenta con los años
El 28 de febrero de 1971 se inauguró el entorno conocido hoy como Las Terrazas, ubicado en la Sierra del Rosario, en el occidente de Cuba. Son 5 mil 300 hectáreas declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1985.
En su próximo aniversario, Las Terrazas será declarado Monumento Nacional de Cuba debido a su valor histórico, natural y arquitectónico.
La preferencia del turismo hacia el entorno de Las Terrazas aumenta con los años. Varios son los espacios que comprende el área. Primeramente se encuentra el Hotel Moka, edificación colonial que permite adentrarse en las cercanías de una comunidad artística de talleres de cerámica y carpintería. “Las ruinas y el entorno campestre guían la ruta por el complejo que ofrece, según algunos visitantes, un servicio de excelencia”, comenta Yosvani, guía turístico en la zona.
“Tal parece que llegas a otra época. Se vive un estilo de vida diferente. La cultura, el modo de convivencia, no sé parece en nada a lo que estamos acostumbrados. Reina la armonía entre la pequeña comunidad como si fueran una familia gigante”, comenta una cubana residente en el extranjero que hace tres años que visita el complejo.
Entre las atracciones del sitio está la casa del músico Polo Montañez, fallecido en accidente de tránsito en noviembre del 2002. Una vivienda sencilla, de tejas, convertida en museo donde se muestran los logros de la carrera del cantautor. Discos de oro y de platino merecidos, a pesar de su corta carrera, en un primer y espectacular álbum titulado Guajiro Natural. Además, el lugar resguarda símbolos identitarios de la figura como su conocido sombrero blanco y su guitarra.
Las Terrazas, además del patrimonio cultural, ofrece comida criolla en los distintos restaurantes que se extienden por las parcelas que comprende. “No pudiera falta un lechón asado, un congrí y unas yucas acompañadas de una bebida refrescante; eso siempre buscan los viajeros, no importa si son nacionales o foráneos, más con este olor a hierba fresca”, afirma Sergio, trabajador de El Palenque de los Cimarrones.
A pesar de todo, este pedazo de lo más occidental de Cuba, mantiene algunas partes del entorno casi virgen. Mara, chilena que fue hace poco por primera vez, asegura que la naturaleza nunca deja de ser un atractivo para ella. Asimismo destaca entre los mayores intereses la diversidad de la flora y la fauna y su conservación. “Rodeado de ríos, numerosas mogotes, algunos saltos en especie de cascada y espesos bosques, lo distinguen”.
Vladia Rosa García. Fotos tomadas del perfil de FB Complejo Las Terrazas