La escasez con los productos de aseo en Cuba ha regulado la compra de los mismos a solo «dos pastillas de jabón de tocador y de lavar, un tubo de pasta dental y un pomo de detergente líquido, no importa el formato», por persona.
Francisco Silva Herrera, director general de Ventas de Mercancías del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) de la República de Cuba dijo en unas declaraciones tan frescas como el olor de un jabón ahora mismo inexistente, que a partir de abril los productos de aseo tendrán una “recuperación gradual”.
El funcionario culpó al embargo estadounidenses del problema al decir que “persecución financiera y económica” de la Administración del presidente Donald Trump contra La Habana impide «la entrada de suministros imprescindibles en el proceso fabril».
Embargo a un lado, las declaraciones del funcionario son sin dudas un jarro de aguas frescas luego del cubo de agua fría lanzado sobre las cabezas de 11 millones de cubanos por la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, quien la semana pasada informó que “hasta abril” habría problemas con los productos de aseo.
El impacto de la noticia provocó hasta un desmentido ministerial, y el oficialismo cubano anduvo raudo en llamar «lacayos del imperialismo» a las supuestas «personas inescrupulosas» que habrían «difundido de forma malintencionada información falsa» sobre la escasez de productos de aseo hasta abril próximo.
Silva Herrera confirmó lo evidente: el jabón está perdido y continuará con problemas hasta abril; por lo menos. En cuanto a la pasta dental, dijo que este es uno de los productos que más preocupa por su ausencia, y señaló que la disponibilidad cubre «en estos momentos» alrededor del 60% de la demanda.
La escasez con los productos de aseo ha regulado la compra de los mismos a solo «dos pastillas de jabón de tocador y de lavar, un tubo de pasta dental y un pomo de detergente líquido, no importa el formato», por persona.
Por suerte, ni a Silva Herrera ni a Betsy Velázquez parece interesarles clonar a la dependienta del mercadito sito en la Calle O’Reilly entre Aguacate y Villegas, en la Habana Vieja, donde una dependienta en septiembre de 2018 se negó a venderle un jabón a un cubano nombrado Damián Piñón Alonso y ante la insistencia de este último por adquirir el producto le dijo:
“Ay, Señor, no se bañe hoy”.
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