El pasado miércoles, en la revista The Lancet apareció un artículo firmado por 27 autores en el cual critican y desacreditan las teorías de conspiración de que el nuevo coronavirus tiene su origen no en animales, sino en un laboratorio chino.
El nuevo coronavirus ha matado ya a más de 2.000 personas, explicaba en un extenso reporte el medio CNN en las últimas horas.
El medio expresó que todas las muertes, excepto seis, han tenido lugar en China. El virus ha infectado globalmente a más de 75,000 personas, algunos de ellos, si se quiere por “desidia” de las autoridades.
Al menos eso es lo que se cree en relación con el caso del crucero Diamond Princess, que demoró 14 días en permitírsele atracar en Japón. Luego de dos semanas en el mar, finalmente las autoridades permitieron a los viajeros bajar a tierra. Lo que comenzó con apenas un caso terminó siendo, 14 días más tardes, en 624 personas infectadas.
Los números globales que ha divulgado la Organización Mundial de la Salud difieren un tanto con los reportados por las autoridades nacionales de China, en medio de una controversia mundial sobre “cómo apareció el virus”.
El origen del virus
En un inicio se dijo que el virus salió de un mercado en Wuhan. Días después se divulgó la teoría -en varios medios cubanos oficialistas, por ejemplo- de que el virus era obra de los Estados Unidos (“seguramente” la CIA), y más tarde se dijo que “salió de un laboratorio chino”.
El pasado miércoles en la revista The Lancet, apareció un artículo firmado por 27 autores en el cual critican y desacreditan las teorías de conspiración de que el nuevo coronavirus tiene su origen no en animales, sino en un laboratorio chino.
“Nos unimos para condenar enérgicamente las teorías de conspiración que sugieren que COVID-19 no tiene un origen natural”, escribieron los 27 autores, citando estudios de científicos de varios países que analizaron la composición genética del virus, y que concluyeron que el coronavirus “se originó en la vida silvestre, al igual que muchos otros patógenos emergentes”.
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Desde Japón, la agencia Reuters explicaba que este miércoles numerosos viajeros del Crucero Diamond Express comenzaron a desembarcar en Tokio. El barco llegó al puerto de Yokohama el pasado 3 de febrero. Fue entonces cuando se habló de un hombre que desembarcó en Hong Kong, y que luego de subir a bordo fuera diagnosticado con el virus.
La demora en el manejo de esta “crisis” provocó que Japón terminara ocupando -y es difícil que sea superado- el segundo lugar en el mundo después de China por el número de casos de virus confirmados debido al brote en el barco, que es el mayor grupo de infecciones fuera de China.
No pocos analistas “esperan” que las demandas de esos pasajeros infectados e incluso de otros que no resultaron contagiados, se sucedan unas tras otras, lanzando al banquillo de los acusados a las autoridades de Salud japonesas.
