Un recorrido por La Habana, desde sus cinco edificaciones más altas
¿Desde dónde se puede observar mejor La Habana? Actualmente, entre las cinco edificaciones más altas de la capital se encuentran el Memorial José Martí, el hotel Habana Libre, el edificio Focsa, el hospital Hermanos Ameijeiras y el Capitolio Nacional. Cada uno es merecedor del escaño por serlo durante una época determinada.
Con una altura de 112.75 metros hasta la torre de remate y de 141.995 hasta los faros y banderas, el monumento de la Plaza de la Revolución se considera la más alta edificación. Su construcción comenzó en 1953, como parte de iniciativas del gobierno de Fulgencio Batista. Lo primero en concluirse fueron el obelisco y la estatua del Héroe Nacional.
En el año 1996 queda oficialmente inaugurado el sitio como sala expositiva y el mirador para todo tipo de visitantes. Conocer el memorial se ha convertido en el deseo a cumplir de extranjeros y nacionales que llegan a la capital por primera vez.
Así lo hizo saber Andrea, una chilena que no para de asombrarse y hacerse fotografías con la escultura de esta la edificación más alta. “Desde este punto, La Habana es otra. El paisaje enamora. Es encantador lo que tiene para mostrar desde lo alto”, comenta.
Otras de las majestuosidades habaneras recogidas por el top es el Habana Libre con 126 metros. El complejo tuvo sus inicios en 1958 y en un principio fue construido como el Habana Hilton que contó entonces con el centro comercial más famoso de Latinoamérica.
Al triunfo de la Revolución en 1959, los dueños del hotel exigieron dinero para mantener la estabilidad del lugar y pagar todas las deudas hasta el momento. Pero, en 1960 la edificación pasó a manos del Estado y se le denominó Habana Libre. Para los años 90 llegó a formar parte del grupo Gran Caribe, de colaboración española.
“He tenido la oportunidad de hospedarme más de una vez en el hotel y el servicio llega a ser bastante aceptado. Aun así, creo que no hay nada comparado con las vistas que ofrece su mirador, quien conoce la ciudad desde allá arriba no necesita de ningún incentivo más para volver una y otra vez”, opina Roberto, cubano residente en Estados Unidos hace más de 12 años.
Al Habana Libre, lo distinguen, entre otras cosas, sus 27 pisos, las 600 habitaciones, el Salón Panorámico Sierra Maestra y el Cabaret Discoteca Turquino. Por su privilegiada ubicación, atrae todo tipo de turismo. Según el sitio oficialista Cubadebate, el 75 por ciento provienen de los principales mercado emisores, como Argentina, México, Colombia y Chile.
La lista de las alturas la continúa el conocido Focsa con 121 metros de altura (1956). En sus años célebres logró convertirse en el inmueble de hormigón más alto del mundo, solo superado por el edificio Marinelli de Sao Paulo, en Brasil.
Su singular forma de Y lo diferencian ante cualquier otra gran estructura. Se compone de tres espacios fundamentales: en el primero conocido como basamento están distribuidos todos los establecimientos de venta, oficinas comerciales y servicios públicos. En el segundo, descansan las habitaciones; y en la parte más alta, el restaurante La Torre, que oferta variedad de comida internacional.
El Focsa fue hecho para que vivieran y laboran alrededor de 5 mil personas como una “unidad vecinal”. Fue ícono de su época y contó con una inversión aproximada de 10 millones de pesos.
La familia de Manuel es propietaria de uno de los apartamentos del Focsa. “Lo mejor es poder encontrar todo lo que te hace falta sin moverte del lugar. En los bajos podemos resolver la mayoría de los problemas. lamentablemente, hay muchos apartamentos vacíos, con la necesidad de casas que tenemos los cubanos. Esa decisión no sé de dónde viene”, afirma el señor, de 67 años.
Por otro lado, se encuentra el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, con 112 metros. Su inauguración tuvo lugar en el año 1982. Se utilizó un terreno que durante mucho tiempo perteneció a la Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana. Está ubicado en San Lázaro No. 701 esquina a Belascoaín, en Centro Habana.
Como último de la lista y no por ello el de menor relevancia, se encuentra el Capitolio Nacional con 92 metros. Una obra arquitectónica que constó de varios proyectos hasta que en 1929 fue inaugurada oficialmente.
Para muchos viajeros llegar a La Habana y no llevarse de recuerdo una foto frente al Capitolio le resta toda la validez a la estancia. Paola, una joven boliviana, asegura que ha sido de las mayores atracciones de su viaje. Destaca el decorado, la preservación y la magnitud de los espacios que comprende el edificio. “Es espectacular”, exclama.
A lo largo de la historia, en su interior se dieron sede la Asamblea Constituyente, la Academia de Ciencias, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente y en la actualidad la sede del Parlamento cubano. En 2010 la edificación fue declarada Monumento Nacional y además es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Cada uno de estas edificaciones muestra una perspectiva distinta de la urbe. Pero, desde dónde se ve mejor, es una elección muy personal.
Texto y fotos: Vladia Rosa García
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