“Por estos días en las tiendas faltan algunas cosas”, dijo el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel durante un recorrido efectuado la víspera por la provincia de Cienfuegos.
Un video, que recoge el momento en que Díaz-Canel habla de “las cosas” que faltan en las tiendas, circula por la Internet. En su intervención se le escucha decir que es por “falta de financiamiento”.
Y no es menos cierto. La llegada de la administración Trump al poder, cuyo último efecto se está viendo por estas horas -Western Union anunció el cese del envío de remesas a Cuba a partir del 26 de febrero con excepción de aquellas que se envíen desde los EEUU- ha contribuido a reducir la liquidez financiera de la isla. No es que la Western Union “transfiera dinero” al Estado cubano, es que este cese de envío de remesas desde “el extranjero” se complementa con el cese del viaje en cruceros a la isla, y el de los vuelos comerciales y charters a provincia, entre otras medidas implementadas.
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La “situación coyuntural” parece estar escapándosele de las manos a Díaz-Canel, en el sentido que cada día le sale “una nueva raya al tigre”. Harina, aceite, huevos, papel sanitario, pollo, puré de tomate, papel sanitario… la lista de las cosas que han faltado y faltan en las tiendas es enorme. Ahora se dice que lo que está perdido son los frijoles, y seguramente la próxima semana será otra cosa.
A pesar de que Cuba incumplió con el pago al Club de París, Díaz-Canel, entre vítores, aplausos y exclamaciones del pueblo cienfueguero que lo rodeaba, dijo que “estamos pagando deudas”. Más tarde expresó “nunca nos vamos a rendir”, lo cual recuerda aquel tema revolucionario interpretado por Omara Portuondo que decía “no, no, no se rinde nadie, en esta tierra, no señor”.
En el video, Díaz-Canel le dice a los cienfuegueros que salieron a su paso a saludarle que con la ayuda de todos ellos, se saldrá adelante, instantes antes de expresar “todos somos uno solo”, lo cual bien que pudiera ser una variante isleña de aquella frase que Alejandro Dumas pusiera en boca de Portos, Atos, Aramís y D´Artagnan: ¡Todos para uno, y uno para todos!