Quien la visita, vuelve. Camagüey, la también conocida como ciudad de las iglesias, cumplió 506 años y no deja de hechizar
La otrora Santa María del Puerto del Príncipe, actual Camagüey, una de las primeras villas fundadas en Cuba, cumplió 506 años. Los más longevos del lugar aseguran que es difícil desvincular la historia de la ciudad de las leyendas surgidas desde su surgimiento el 2 de febrero de 1514, de ahí que la cultura sea probablemente su principal atractivo.
La del chino Siam es una famosa historia que se ha transmitido en Camagüey, de generación en generación. ¿Quién no ha oído la frase: “eso no lo cura ni el médico chino”? Pues el legendario personaje fue una figura originaria de Pekín que ganó prestigio entre los pobladores de esta provincia por sus curaciones milagrosas. ¿Brujo o hechicero? Lo cierto es que donde ponía la mano era capaz de liberar del mal a cualquier persona que lo padeciera.
“Pero este es sólo uno de los tantos cuentos que rodean este sitio”, aclara Ignacio Terrero, vecino del centro de la ciudad. “Son rumores tan antiguos que, ciertos o no, todavía despiertan el interés de aquellos que nos visitan”.
La comida es otro de los mayores encantos de Camagüey. “El ajiaco camagüeyano es inigualable. La carne de res es su ingrediente especial, porque siempre tuvimos como tradición la ganadería como forma principal de la agricultura. No existe fiesta popular sin un buen caldo a base de viandas, maíz y una buena sazón a base de limón y ají”, comenta María Antonia Domínguez.
Su cultura culinaria también recoge una variante del casabe indígena al que se adicionan pequeños trozos de carne salada; el matajíbaro, un fufú de plátano relleno de empellas de cerdo; y la ropa vieja, en la que vuelve la res como proteína principal.
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Por los alrededores se mezcla la arquitectura antigua con creaciones modernas que para nada empañan el entorno originario del centro histórico. En 2008 la UNESCO lo nombró Patrimonio de la Humanidad, resaltando la conservación y el buen estado de sus edificaciones y plazas.
La Plaza de Carmen es uno de los sitios más emblemáticos del entorno camagüeyano. En ella confluyen los vendedores de orfebrería, calzado, bisutería, y visitantes que quedan deslumbrados con la belleza de Camagüey.
“Es un lugar del que te cuesta despedirte”, señala Francisco Sánchez, turista español. “Nunca había venido, pero esta vez he disfrutado mucho de su tranquilidad, colorido, su limpieza y su cultura. Hay para todos los gustos y edades: un teatro, un salón para bailar, exposiciones… Cualquier opción se goza de igual forma”.
También conocida como la ciudad de las iglesias, entre sus habitantes existe una fuerte inclinación por el catolicismo. Entre las más conocidas se encuentran la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús, Nuestra Señora de la Soledad, la del Carmen y la de San Juan de Dios. Sobresalen sus arquitecturas coloniales, ornamentos y decoraciones únicas que acompañan a los católicos en los días de procesiones y demás tradiciones que celebran.
En su 506 aniversario, Camagüey sigue siendo un lugar de gran atractivo; una mezcla perfecta de rasgos caribeños, españoles, aborígenes, africanos y hasta un poco de las creencias de los piratas que una vez fueron los dueños del comercio en la región.
Texto y fotos: Vladia Rosa García
