Salideros y fosas que llevan tiempo sin limpiarse molestan a muchos cubanos. Vecinos de San Miguel del Padrón, Güines y Arroyo Naranjo nos muestran su paisaje habitual
Desde Cubacomenta hemos denunciado reiteradamente el estado de algunas avenidas y calles de la isla con salideros que parecen eternos. En esta ocasión recorremos vecindarios de San Miguel del Padrón, Güines y Arroyo Naranjo para comprobar quejas recibidas en nuestra redacción.
Enrique Suárez, residente en San Miguel del Padrón, nos explica: “Las fosas hace tiempo no se limpian. El mantenimiento que antes se hacía semanal ahora se extiende por meses y se aleja mucho de ser el servicio de calidad que la población necesita para erradicar este problema que arrastramos desde hace tanto”.
Debido a estos incumplimientos, la cantidad de salideros, tupiciones y vertimiento de aguas albañales han aumentado considerablemente en los últimos tiempos. “El mes pasado estuvimos una semana nadando en heces hasta que nos atendieron después de varios días de retraso. ‘Tenemos parados los carros, por ahora no podemos atenderlos’, fueron las palabras de los trabajadores encargados ante las quejas”, manifiesta Alina Villalonga, de 66 años. Cuando reclaman, pues ahora la respuesta que reciben es la escasez de combustible.
Felicia Díaz, residente en Güines, provincia Mayabeque, asegura estar cansada de llamar por teléfono y no recibir respuesta. “En el barrio ya no queda limpia ni la acera”, afirma.
Por años en los bajos de su edificio ha existido un salidero sin solución que causa grandes estragos. “A veces lo arreglan, pero en menos de un día todo vuelve a estar como estaba. El mal olor es insostenible, además, el agua corre y se mezcla con la basura de los vertederos convirtiendo el barrio en un foco infeccioso. Estamos rodeados de bichos y ratas”.
No obstante, los directivos de Aguas y Saneamiento dicen que se lleva a cabo un programa dirigido a la supresión de salideros y a la reparación de las válvulas para evitar el derroche. La realidad cotidiana de los vecinos de Güines los desmiente.
“Lo que pasa es que no realizan bien su trabajo”, declara Jorge Medinilla. “Es inconcebible que vengan a corregir un salidero y nunca terminen. Siempre reparan a medias sin dar explicación. Por eso continúan las mismas dificultades, porque todo lo que hacen es una chapucería. Después el pueblo se queda sin agua en la casa o con las cisternas contaminadas, como ha sucedido en varias ocasiones, y hay que ingeniárselas para salir del problema. La crisis con el petróleo es de hoy, pero estos malos ratos han sido eternos”.
Esta situación, al parecer sin remedio en el corto plazo, provoca que los afectados se inventen medidas para revertirla. “Cuando llevas meses entre la suciedad y cuidando que tu hijo no juegue en la calle por miedo a que se enferme, te ves obligada a buscar alternativas. Los vecinos hemos tratado de resolver los salideros pagando por los servicios a cooperativas particulares. Al menos así nos atienden. De lo contrario a nadie le preocupa”, reclama Rosa Morales, quien vive en el municipio Arroyo Naranjo.
Además de las dificultades con la energía, los medios oficialistas justifican la insalubridad con las roturas de los equipos necesarios para realizar el saneamiento. Dicho panorama es un tema recurrente año tras año. Lejos de ser erradicado de una vez y por todas, sus causantes solo esgrimen excusas que cada vez convencen menos.
Texto y fotos: Vladia Rosa García
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