Las provincias más ricas en recursos o las que pueden garantizarle al atleta un lugar fijo en la alineación de su equipo de béisbol, utilizan estas ventaja para “comprar” peloteros: fichajes a lo cubano

En Cuba no existe una Liga Profesional de Béisbol, no hay franquicias ni contratos, ni draft, ni muchos menos transacciones. Los peloteros reciben un salario fijo en la temporada sin tener en cuenta su calidad o el aporte que le puedan hacer a su equipo provincial; y lo mismo percibe un jugador de cambio que el jugador estrella de cualquier seleccionado.

Si bien se ofrecen regalías a los que cumplan ciertos parámetros y a los líderes individuales de la campaña, estos continúan siendo insuficientes (sin contar las largas demoras para cobrarlos). Los atletas se las ingenian para percibir ingresos con métodos que pueden ir desde vender su merienda diaria o parte de sus artículos deportivos hasta mantener negocios paralelos.

Hasta hace unos años, los equipos se nutrían de los atletas nacidos en su propio territorio y solo en casos excepcionales y bien justificados, las Direcciones Provinciales de Deporte de cada región autorizaban a determinado jugador a trasladarse a otra provincia, algunas veces como un préstamo que podía ser hasta por dos temporadas con vistas a su mejor desarrollo.

Desde los años en que Víctor Mesa empezó su carrera como director de equipos, esto comenzó a variar. Aprovechando el total apoyo que los dirigentes del gobierno le dieron, sus influencias y su total impunidad en el mundo beisbolero, el otrora estelar del jardín central comenzó un peregrinaje por todo el territorio nacional haciendo captaciones a golpe de prebendas y promesas para “artillar” a su equipo matancero, y lo logró.

Una banda de legionarios de otras tierras llegó a tierras yumurinas motivados por mejorar sus status social, ante la posibilidad de recibir una casa en la provincia, alimentos o tener un mejor camino para llegar a la selección nacional, de la que Víctor era el máximo timonel.

Esto marcó un precedente que creció como una bola de nieve incontrolable y las provincias más ricas en recursos o las que podían garantizarle al atleta un lugar fijo en la alineación de su equipo de pelota, comenzaron a utilizar esa ventaja para “comprar” peloteros. En medio de la ausencia de contratos, se creaba el desconcierto y la desorganización.

Cuando apenas restan menos de tres meses para comenzar el nuevo campeonato con una nueva estructura que aún no ha sido oficializada por sus directivos, tras bambalinas los “fichajes de invierno” se han iniciado. Y corren rumores y comentarios en las redes sociales.

Regalar una casa al pelotero que cambie de casaca se ha convertido en el “gancho” para atraer esos refuerzos a las provincias ante el gran problema de la vivienda en Cuba. Otros incentivos como puestos regulares o simples simpatías también están incidiendo para que estas cosas sucedan, en lo que se ha convertido en una competencia injusta al margen de la ley.

Notables los casos del capitán de los Tigres avileños Yorbis Borroto, quien anunció públicamente su deseo de jugar esta temporada con los Toros camagüeyano; del lanzador zurdo Dariel Góngora motivado para trasladarse para Las Tunas; o del jardinero de los Cocodrilos, Ariel Sánchez, quien está solicitando una liberación para irse con los Gallos espirituanos.

Según algunas fuentes internas en la isla, provincias como Santiago de Cuba, Ciego de Ávila e incluso La Habana, ahora mismo están recibiendo solicitudes de varios de sus atletas para trasladarse a otros equipos. Alegan múltiples justificaciones, lo que ha genera preocupaciones en el alto mando de la Comisión Nacional ante tamaña avalancha.

Algunos aficionados abogan por dejar al libre albedrío este tema y que cada pelotero juegue por donde le plazca o le sea más cómodo, pero una Liga que se respete tiene que tener ciertas normas, rubricar contratos con los protagonistas y mantener una actitud coherente que sea justa para todos.

Como muchas otras cosas que suceden en nuestra Serie Nacional, este tema es otro ejemplo más de la improvisación y falta de seriedad que la rigen, lo que ha motivado la sustitución para el próximo campeonato de Jesús Barroso, su Director General. Aunque esto no ha sido anunciado todavía por ningún medio oficialista.

Roque Díaz


 

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