Todavía no se extiende a todas las tiendas que pagues en CUC y el vuelto sea en CUP. Sigue a modo experimental y para algunos es un lío. De un comercio a otro, todo puede cambiar
Como parte del letargo que ha caracterizado la convivencia del CUC con el peso cubano en Cuba, se puso en práctica en diciembre del pasado año, a modo de prueba, la implementación de los vueltos en pesos cubanos en algunos establecimientos.
Al igual que todas las transformaciones, esta ha tenido sus aciertos y desaciertos, sobre todo si se tiene en cuenta la poca correspondencia entre salarios y precios que permanece en la isla, unido al temor de gran parte de la población acerca de cómo será el proceso de unificación monetaria una vez definido.
Aunque hasta ahora son pocas los sitios en la capital donde se ha instaurado esta estrategia, algunos clientes aseguran estar algo “desconcertados”. Según la habanera Clara Sánchez, “en el mercado de 5ta y 42, se puede comprar en cualquiera de las dos monedas y el cambio es en CUP. Hasta ahí está bien. Pero, cuando caminas un poco y entras a un Sylvain a comprar un dulce, un refresco, o una bolsa de panes, te encuentras con que todos los precios están en pesos convertibles y no admiten dinero cubano. Ahí es cuando dices, no entiendo nada”.
A juicio de Fernando Alonso, economista, “el tema con los vueltos, iniciativa muy experimental, tiene un objetivo definido. La idea es ir retirando poco a poco el CUC y terminar con su circulación en el mercado interno. Eso no está mal si lo que realmente se quiere es la unificación, pero el procedimiento requiere de un orden que evidentemente no existe y, por supuesto, las personas tienen que seguir multiplicando por 25”.
Si aún el público no está del todo adaptado a estas transformaciones, tampoco lo estuvieron los dependientes de los puntos de venta quienes han tenido que adaptarse. Marilis, empleada en el centro comercial 5ta y 42, explicó que “lo primero fue cambiar todo el fondo en las cajas, pues lo que teníamos era CUC y fue necesario depositar una cantidad representativa de CUP para poder dar el vuelto. Hasta ahora no se ha agotado ni se ha dado el caso de que alguna persona venga a comprar y no haya con qué devolverle”.
No obstante, otra de las dependientas comentó que muchos de los que acuden a estas instalaciones no desean el vuelto en moneda nacional. “Nos dicen que es demasiado menudo, y que ellos prefieren el CUC. Pero, según nos han informado nuestros superiores, la idea es extender este mecanismo hacia las tiendas restantes. Yo creo que eso podría empezar a solucionar el problema, porque se unificaría el procedimiento y no sería tan marcada la diferencia entre un puesto de venta y el otro”.
Alicia Castañeda, residente en el municipio Playa, asegura que en las cajas registradoras suele haber una pancarta e la que se detalla cómo funciona el cambio y refleja claramente que la conversión en estas operaciones sigue con la tarifa de 1 por 25. “De perder no pierdes nada y en teoría es fácil de entender. La cosa se complica cuando vas a otro establecimiento que no opera de la misma forma”.
En realidad varias son las interrogantes que el supuesto reordenamiento monetario ha suscitado en la mayor de las Antillas. La inestabilidad de los bancos financieros y la poca coordinación en los puntos de comercio influyen en que más que de certezas, se hable de incertidumbres.
Texto y foto: Lucía Jerez