A partir de materiales desechables, la máquina de este guajiro produce 2400 bloques en 8 horas. Sin embargo, numerosas trabas han impedido patentarla.
Si el gobernante cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez conociera a Hermides Borges Betancourt, residente en el holguinero municipio de Báguanos, seguramente mandaría a “destrabar” el endemoniado engranaje que ha imposibilitado a este sencillo hombre patentar su invento, fabricarlo, regarlo por todo el país y quien duda si hasta exportarlo. ¡Bien que lo necesita el país!, “La Patria”, como lo llama el alto oficialismo en la isla: una máquina que produce 2400 bloques en 8 horas de trabajo.
En un país con tanto déficit en la vivienda acumulado año tras año, con tantas familias viviendo en albergues desde hace ya muchísimos años, contar con una máquina para la construcción de bloques a partir de materiales desechables es una grandísima ventaja, si se tiene en cuenta que, una máquina similar en el mercado cuesta cinco mil 200 dólares estadounidenses”.
“Con esta máquina se producen dos mil 400 bloques en una jornada de ocho horas de labor, lo cual equivale a las paredes de dos viviendas”, detalla el inventor sobre su aparato, sin dudas “inventado”, remendado con partes de “por aquí y por allá”.
“Yo tengo en mente fabricar numerosos equipos y venderlos a entidades constructoras estatales y a privados con patentes para producir materiales de la construcción, pero en la Dirección de Trabajo no aparece registrado el oficio, por lo cual no puedo obtener una patente en ese sentido”, dijo Hermides Borges, quien evidentemente desconoce que su invento daña las potencialidades de viaje y compra en el exterior, con la consiguiente distribución de las ganancias, a los directivos interesados en importar, para el país y sus bolsillos, una práctica generalizada en la isla desde que el MINCEX es MINCEX y desde que los compradores de las empresas viajan al extranjero a comprar, más caro, sin importarle que en el patio existe lo mismo, y más barato.
Hermides no pide mucho.
“Si una empresa determinada me contrata, yo construyo la bloquera, y entonces ellos la pueden comercializar y se me pagaría acorde con lo adecuado, en ese caso. Así podríamos diversificar el equipo, con lo que se multiplicaría la producción de bloques, y con ello el número de viviendas, máxime si tenemos en cuenta que se llama a producir una casa cada día por municipio”.
El hombre está claro. Lo que no está claro es porqué este tipo de inventivas no se materializa; porque los medios nacionales como Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores, el NTV, Cubavisión, Canal Habana, etc y etc, no influyen en la divulgación por todo el país de la posibilidad real de producir 500 y mil máquinas como las de Hermides y comenzar a producir bloques para construir viviendas.