Varios diarios desde Italia se han hecho eco de la noticia del fallecimiento de los turistas italianos. Junto a ellos fallecieron otros dos turistas rusos, y el chofer del taxi en que viajaban, de origen cubano.
Según indica el diario italiano La Nazione, dos ciudadanos italianos que se encontraban como turistas en Cuba desde el pasado 31 de diciembre, fallecieron el pasado 4 de enero a las 9:40 de la mañana en un accidente automovilístico.
Se trata de Antonio Tiseo (66) y su amiga Greta Calabrese (52). Ambos compartían un taxi con otros dos turistas rusos en Varadero, polo turístico localizado al norte de Matanzas, cuando el vehículo en el que viajaban sufrió un lamentable accidente.
La Nazione indica que todos los ocupantes del vehículo fallecieron al instante, con excepción del chofer que murió 12 horas después. No han sido divulgadas las causas del accidente pero otro diario, Il Tirreno, maneja la hipótesis que el chofer del auto perdió el control del vehículo por algún motivo antes de salirse de la carretera y proyectarse contra otro auto, manejado por otro cubano presuntamente fallecido también.
Según la nota periodística, Tiseo y Greta, habían viajado a la isla a esperar el Año Nuevo.
El diario La Stampa, y el República de Firenze también se hicieron eco de la noticia del fallecimiento de los turistas italianos.
En sus versiones destacan que Greta, agente inmobiliaria, era residente en Pistoia, mientras que Antonio, de profesión peluquero, residía en Florencia.
Fue la hija del peluquero, quien alertó a los medios italianos tras escribir en Facebook.
“Quería informar a todas las personas cercanas a mí y a mi familia que desafortunadamente Antonio falleció en la mañana del 4 de enero en un accidente automovilístico muy grave durante sus vacaciones en Cuba. Estamos esperando hacer todo el procedimiento burocrático para hacer llegar el cuerpo a Italia, por favor, les pedimos un poco de respeto por mí y mis seres queridos.
Les comunicaré el día del funeral cuando hayamos logrado organizar todo después de esta muerte repentina. Si me llaman y no respondo es porque juro que no tengo fuerzas para hablar y ya no tengo lágrimas”.