Inmigrantes latinoamericanos, personas huyéndole al frío; residentes en las islas del Caribe huyéndole a los huracanes, casi todos van a parar a la Florida.
Su cálido clima, “la lengua” y “su cultura” convirtieron a la Florida en el sexto estado más popular después de Nevada, Carolina del Sur, Idaho, Arizona y Colorado.
Hacia el llamado con justicia “Estado del Sol”, se mudaron en la última década, procedentes de otros estados, 1.3 millones de migrantes, provocando así que la población en la Florida aumentara en un 6.9 por ciento.
Es el estado de la unión que más creció; un incremento que desde 2010 se calcula en 2.6 millones de nuevos habitantes, el segundo mayor aumento para un estado, solo superado por Texas.
El estado floridano recibió la mayor cantidad de migrantes provenientes de Puerto Rico u otros países. Fueron en total 1.1 millones, que ampliaron su población en un 5.9 por ciento.
Para que se tenga una idea de la avalancha recibida, téngase en cuenta que, según los datos divulgados por el Censo de Estados Unidos y publicados el pasado 30 de diciembre, en los últimos nueve años aproximadamente cuatro de cada diez nuevos residentes del llamado Estado del Sol arribaron del exterior o Puerto Rico, cinco lo hicieron desde otros estados de la nación, y solo uno procede de allí mismo.
Sin embargo, el incremento de la población de Florida no se relaciona con su crecimiento económico y social. El estado, a pesar de la imagen que divulga por el mundo entero de ciudad de fiesta, playa y turismo, tiene no pocos elementos en contra.
Los salarios son bajos, las rentas altas, y la tasa de crecimiento natural (nacimientos menos muertes) llegó a ubicarse entre las más bajas del país.
Por el contrario, el incremento demográfico desordenado y exagerado no contribuye al crecimiento de la región, sino más bien a la congestión de no pocas necesidades básicas; como por ejemplo, el transporte.
Así y todo, parece ser que Florida continuará con la tendencia de seguir recibiendo gente, pues el cambio climático que cada vez afecta con mayor fuerza a las regiones del norte e islas – como Puerto Rico – del Caribe, y la pobreza en la región latinoamericana, lo hacen el lugar favorito para comenzar una nueva vida.
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